Comentario
Las naciones europeas no desempeñaron un protagonismo de primerísima importancia en el derrumbamiento del comunismo ni tampoco se han demostrado capaces de tener un liderazgo eficaz a la hora de enfrentarse con un nuevo desorden mundial con conflictos imprevisibles y de difícil solución. Sin embargo, en los últimos lustros del siglo XX dieron un paso de gigante en la configuración de una unidad política y económica destinada a tener un papel cada vez más relevante en el inmediato futuro del mundo.
A lo largo del presente epígrafe estudiaremos la evolución interna de los países europeos más importantes señalando las coincidencias y las diferencias entre ellos para tratar a continuación del surgimiento de la Unión Europea. Finalmente se abordará también un problema que afecta al conjunto de las democracias y, por lo tanto, también a Estados Unidos y Japón: la paradoja de que, por un lado, este sistema de gobierno parece el único legítimo desde el punto de vista intelectual y moral en el momento presente y, por otro, desde la óptica de los ciudadanos aparece sometido a permanente crítica en lo que respecta a su funcionamiento cotidiano.